‘No toco batería, no canto, la actuación es un recreo’: dice Benicio del Toro
“Me siento muy honrado de seguir los pasos de Edward James Olmos, Ricardo Darín, Carmen Maura, entre otros. Esto es una tablilla en la que me siento muy contento de ser parte”, dijo emocionado el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien este año recibirá un homenaje a toda su carrera en la X Edición de los Premios Platino, que se está llevando a cabo en Madrid (España) y que reconoce a lo mejor del cine y las series iberoamericanas.
Tras unos segundo de silencio, quizá por la emoción, el actor recordó su paso por el cine español cuando hizo parte de la cinta Huevos de oro, de Bigas Luna, estrenada en 1993 y que revelaba el poder sexual como elemento protagonista de la trama. Tuvo a Del Toro, Javier Bardem y a Maribel Verdú como protagonistas.
“Recuerdo que se filmó en Miami y pasarla muy bien con Bardem, esas memorias así en la carrera de uno son muy especiales. Por esa época estaba filmando otra película en Pensilvania; era en invierno y me escapé de ella para salir en Huevos de Oro y recuerdo que no podía dejar que me diera el sol y tuve ponerme un sombrero bien mexicano para protegerme e ir a filmar a Pensilvania (…). Al viejo mío (su padre) le encantaba esa película (la de Bigas Luna) y cuando uno empieza a actuar normalmente la familia de uno no está como de acuerdo, no estaba muy contenta por que yo había decidido hacerlo, bueno, ahora es un poco distinto. Cuando salió Huevos de Oro, el viejo mío estaba relajado, de pronto porque la hice en español”, compartió el actor, famoso por cintas como Traffic, Sicario. 21 gramos y Che, el argentino, solo por nombrar algunas.
A los 56 años Benicio del Toro es uno de los artistas latinos más importantes de Hollywood. Como muchos comenzó haciendo pequeños papeles y hasta tiene una aparición casi pérdida en un travelling que persigue a Madonna en el video de la canción La isla bonita. Ganó un Óscar por Traffic y su interpretación del Che Guevara lo llevó a ganar en Cannes como mejor actor.
“No tocó batería, no canto, pintar… es algo solitario, en mi juventud no era muy solitario, entonces la actuación era como un recreo. Por ahí fue que le fui cogiendo gusto. Yo pensaba que uno nacía con eso, pero era como todas las artes, puede mejorar. Tiene una cosa que no es al azar”, reflexiona acerca de su carrera, signada por personajes fuertes, rudos o emocionalmente quebrados.
Benicio es un poco tímido, pero sonrió todo el tiempo durante la charla en Los Platino. “Trato de estar en el presente, mientras más pasan los años uno se da cuenta que la vida se va moviendo, ahora soy padre, eso cambia muchas cosas, veo muchos muñequitos y como actor he tenido la oportunidad de trabajar con directores de mucho talento y actores también fantásticos, con equipos y uno va como Bob Esponja, absorbiendo y aprendiendo. Ahora me interesan otras cosas como producir, llevo diciéndolo por mucho tiempo, pero quiero dirigir. Inevitablemente empiezas a formar tu estilo que vas aprendiendo de otros directores. La última película que hice, que se llama Reptil (de Grant Singer), fue la primera película de ese director y estuve envuelto bastante en muchas: con la producción, edición, sabes, voy evolucionando poco a poco”, recalca.