El naufragio del Gobierno en la paz total

 El naufragio del Gobierno en la paz total

La política de paz total del presidente Gustavo Petro pasa por uno de sus momentos más difíciles. Los diálogos con las disidencias de ‘Iván Mordisco’, autodenominadas como Estado Mayor Central, fueron suspendidas unilateralmente por el grupo guerrillero por supuestos incumplimientos de la Casa de Nariño, que ha recibido un aluvión de críticas por los constantes ataques a la fuerza pública y la instrumentalización de la organización armada ilegal a la población civil en varios departamentos, especialmente en Cauca, donde las tropas del Ejército fueron secuestradas por varias horas a principios de noviembre.

Pero si por un lado llueve, por el otro no escampa. Los acercamientos con el Ejército de Liberación Nacional, ELN, cada vez están más en entredicho debido a los constantes incumplimientos al Derecho Internacional Humanitario por parte de los subordinados del comandante Antonio García. Sin embargo, la gota que rebosó el vaso fue el secuestro de Luis Manuel Díaz, padre del extremo del Liverpool, que estuvo 12 días retenido en la Serranía del Perijá.

En medio de esas angustiantes semanas, el Ministerio de Defensa reveló que el ELN ha secuestrado al menos a 32 personas durante lo corrido del año. Además, según las cifras de la cartera de seguridad, este año 241 personas han sido privadas de su libertad, a corte de septiembre, doblando la cifra registrada el año pasado (142).

El Gobierno, por su parte, exigió al EMC y al ELN mayores muestras de paz en el proceso; sin embargo, por un lado no encontró respuesta y, por el otro, le respondieron con piedras.

“El ELN no aceptará imposiciones ni chantajes”, respondió Antonio García.

En medio de ese convulso panorama y ante las contundentes fallas en los procesos, el presidente Gustavo Petro despidió a Danilo Rueda, quien se desempeñaba como alto comisionado para la Paz. Otty Patiño, jefe negociador del Gobierno con el ELN y quien ha tenido varios descaches en su labor humanitaria, lo reemplazará.

Andrey Avendaño, exnegociador de las disidencias con el Gobierno, dialoga con Danilo Rueda durante un acto en el Catatumbo.

“Frente a la salida de Danilo Rueda, en un momento de crisis como el que vivió el país tras el secuestro de  Luis Díaz, sacar al comisionado es una manera de decir que hay consecuencias porque también hay una falla desde el Gobierno y desde la estrategia de paz. Esto es como un ejercicio de declarar culpables como para decir que desde el Gobierno se está intentando mejorar toda la situación de paz”, señaló Geraldine Bustos, profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana.

“El proceso con el ELN en este momento está en una fase muy crítica y el nombrar a Otty Patiño como nuevo comisionado de paz puede llegar a facilitar y darle más soporte a la decisión que el Gobierno elija tomar. Bien sea para continuar la negociación o suspenderla, cambiar alguno de los trámites o alguno de los tiempos de la negociación, si se quiere. Patiño va a salir de ese cargo como jefe negociador y va a asumir como tal el proyecto de paz total que tiene el Gobierno. Una de las ventajas que tiene Patiño es su experiencia y ese doble rol entre estar cercano al Gobierno, pero también cercano a las organizaciones armadas, es decir, entiende cómo funcionan, entiende las demandas que tienen ese tipo de organizaciones. Esto puede permitir que en ese cargo como comisionado de paz se puedan acelerar los procesos en los cuales el Gobierno quiere trabajar”, agregó.

En este sentido, las delegaciones que negocian la paz se encontrarán en los próximos días, después de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) secuestrara al padre del futbolista Luis Díaz, pero a pesar de la gravedad de los hechos el Gobierno  no se plantea dar un ultimátum a la guerrilla.

“Este Gobierno no va a plantear un ultimátum al Ejército de Liberación Nacional (ELN)”, aseguró el senador y negociador Iván Cepeda.

“Ya tenemos la experiencia en Colombia: se acaban las mesas de negociación, se recrudece el conflicto por unos años y a la vuelta de 2, 3 años o más, hay que volver a sentarse a dialogar”, explica el senador.

El Gobierno no se quiere levantar de la mesa, pero sí están preocupados y aseguran que están en un “momento duro, difícil”. “El hecho del secuestro del señor Díaz no es un episodio más, no fue uno más de los tantos que ocurren, es un punto de inflexión”, alega Cepeda.

En esta reunión extraordinaria y en el nuevo ciclo –el quinto– quieren poner sobre la mesa los secuestros, un tema que no iba a estar aún, ya que ese es uno de los últimos puntos de la agenda, concretamente está pendiente de abordar en el capítulo de fin del conflicto, que es de los últimos de la agenda.

Pero el Gobierno cree que hay que abordarlo ya porque “sino el proceso se va a desgastar en su credibilidad, se va a desgastar en la posibilidad de convocar a muchos sectores de la sociedad colombiana y eso lo va a tornar (las negociaciones) en algún momento inviable”.

El ELN, por su parte, quiere condicionar dejar esta práctica, que ellos consideran como parte de su financiación, con otros modos de que les financien como estructura.

Sin embargo, dice Cepeda, “ni la sociedad colombiana ni ningún gobierno que acompaña este proceso estaría dispuesto a hacer una inversión de recursos en financiar a una organización que eventualmente, en cualquier momento, retomaría su accionar militar”.

Triple crisis

Ariel Ávila, senador de Alianza Verde, consideró que la salida de Danilo Rueda de la OACP era crónica de una muerte anunciada debido a las diferentes problemáticas que afrontaba la paz total en diferentes sectores.

“La paz total estaba en una triple crisis. En una legislativa, porque no hay un marco jurídico para el sometimiento. Solo está lo del proceso de paz. La segunda crisis es la de los procesos de paz. Y la tercera es una crisis de seguridad que se traduce en una crisis de legitimidad de la paz total. Todo eso confluyó en la salida de Danilo Rueda”, explicó el legislador.

Renglón seguido, Ávila consideró que Otty Patiño debe trazar un rumbo distinto al de Rueda o, de lo contrario, tendrá los mismos resultados en los procesos con los grupos armados ilegales.

“O se dedica a coordinar los diálogos, o es el soporte técnico de los equipos, pero no puede ser ambas cosas, que eso fue, en gran parte, el gran fracaso de Danilo Rueda. Lo segundo es hacer una evaluación profunda y saber el Estado hasta donde está dispuesto. ¿Cuál es el tiempo? Y con eso evaluar cada uno de los procesos”, agregó.

Tropas del Ejército durante operativos en el Cauca.
Crítica de Santos al Gobierno

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos consideró, durante la conmemoración de los 7 años de la firma del acuerdo de paz con las extintas Farc, que el “peor error estratégico” del actual gobierno de Gustavo Petro ha sido darle “patente de corso” a los grupos disidentes que surgieron de la guerrilla.

“Yo creo que el peor error estratégico que ha cometido este Gobierno fue darle patente de corso a la intención de las llamadas disidencias de presentarse como las Farc-EP, como el Estado Mayor de las Farc-EP”, alegó Santos durante su discurso en el Centro Nacional de Memoria  Histórica (CNMH).

El expresidente (2010-2018) subrayó que con la firma del acuerdo de paz de La Habana “las Farc dejaron de existir”, pero el actual gobierno está llamando por ese nombre a las disidencias del Estado Mayor Central (EMC), un grupo liderado por ‘Iván Mordisco’ que nunca firmó ese  acuerdo y se siguen considerando Farc.

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